Pensamientos filosóficos, evidencias científicas y refutación contra los dogmas religiosos.

 



Buscar este blog

martes, 8 de diciembre de 2009

Primer blog

PRIMER BLOG

Hola:
Se preguntarán quien soy y que hago escribiendo en un blog denominado "La Cueva del Ateo". Déjenme tratar de explicarles en las próximas líneas.
Mi nombre es Mauricio, soy mexicano de nacimiento aunque por circunstancias diversas me encuentro viviendo en Canadá desde hace varios años. Como la mayoría de los mexicanos fui criado como católico, creo que para mi fortuna.
No me malinterpreten, me refiero a que prefiero haber nacido en un país como México a haber caído en una nación islámica fundamentalista como Irán, Paquistán o Palestina donde prácticamente te convierten en un esclavo de la religión. En ese sentido si me considero afortunado.
De como llegué a Canadá es otro cuento que espero poderles contar en alguna otra ocasión, pero aquí vivo feliz como lombriz.
Mi motivo de abrir este blog es para hablar sobre la religión y no para evangelizar gente sino más bien para des-evangelizar. Así como a mi casa solían presentarse cada Domingo unas valientes pero desinformadas señoras de los testigos de Jehová, a tratar de convertirme a su desgañitada religión y adoctrinarme en un libro escrito en la edad de bronce llamado la Biblia, pues así trataré de hacerlo con ustedes.

Yo, al igual que la mayoría de ustedes, fui educado como católico romano apostólico y demás denominaciones. Me inscribieron en el Instituto México y a mis padres no les bastó con la primaria, sino que siguieron con la secundaria y hasta la preparatoria. Después de ahí, por mi cuenta, me inscribí en el Alma Mater... la Universidad Nacional de México y un mundo nuevo se abrió a mis ojos. No culpo a mis padres por la instrucción católica que recibí, creo que hicieron lo que era obligado en esos tiempos. Pero la verdad es que nunca me tragué los cuentos de que Dios es nuestro padre, la divina trinidad y que la Virgen ascendió al cielo.
Hubo un tiempo, cuando era más polluelo que si hice caso de las demandas católicas: comulgar, confesarse y recibir la confirmación del padrecito. Pero conforme fue creciendo fui desafiando la enseñanza de la religión en la clase de catequismo. Aunque fue una defensa silenciosa, realmente nunca me paré a decirle al padre o a aquel pobre profesor de primaria que era incongruente su explicación de la santísima trinidad.

Esta necesidad de levantar la mano y de denunciar a la religión me ha surgido recientemente, al observar cuanto está padeciendo la humanidad por ideas extremistas sobre la religión. Si no me creen, prendan la tele y vean cuantos bombas estallaron el día de hoy, cuantos sacerdotes han sido encontrados pederastas, cuantos asesinatos se cometieron "En el nombre de Dios", cuantos indígenas viven hoy en la absoluta pobreza (eso sí, muy religiosos)... todo esto, a mi parecer, es producto de la religión.

Mi salida del clóset de los ateos se dió hace unos cuantos años cuando por alguna razón, compré algunos libros sobre religión. Empecé a leer sobre el budismo, confucianismo y otras religiones del medio oriente. Ahí me di cuenta de cuantas formas distintas de percibir el mundo existen. No es que me haya convertido a ninguna de ellas, pero si me hizo reflexionar sobre si el catolicismo realmente es la verdad absoluta. De ahí fue donde se comenzó a deshebrar la hilacha. Continué con libros un poco más serios, sobre quien escribió la Biblia,los primeros cristianos, las escrituras sagradas, los crímenes en nombre de Dios... me sorprendió ver tanta literatura al respecto.

Al comienzo fue un poco difícil para mí, ya que estudié ingeniería y fue un reto empezar a entender todo este nuevo lenguaje. Afortunadamente había estudiado inglés y eso me dió acceso a un mundo aún más grande de libre-pensadores. Ahora creo comprender mejor cual es el efecto de la religión y porque es dañina para el ser humano.

En Canadá se puede vivir muy bien como ateo, la gente es muy abierta a nuevas ideas y si no están de acuerdo contigo, al menos te respetan. He convivido con gente de muchísimas religiones, como musulmanes, judíos y... otros ateos.

He visto que en México sigue existiendo una gran tradición católica aunque se comienzan a observar algunos rasgos de mayor tolerancia a otras formas de pensar. En ocasiones positivas, como un mayor número de no-creyentes, de gente de ciencia, de racionalistas -en otras no tanto, ya que en últimos años en México han proliferado las sectas cristianas (evangelistas, bautistas y demás). Si, esas sectas que hacen curaciones milagrosas durante sus sesiones espiritistas, donde el pastor se acerca a su víctima y con un simple toque ésta se desvanece y por un acto de magia se incorpora sanada completamente por el espíritu santo.

Ya para finalizar, espero poder traerles algunos resúmenes de libros que he leído y videos traducidos por libre-pensadores para ponerlos a su alcance. La mayoría de la gente que lleva esta corriente de libre-pensadores son de habla inglesa y por eso procuraré traducir lo que pueda del material para hacerlo de más fácil entendimiento.

Ahora si me despido y espero pronto poder leer algunos comentarios de ustedes, eso si les pido, que sea en forma respetuosa. No por discentir lo que se publique en este espacio les da derecho a insultar o difamar.

Saludos.

1 comentario:

MENTA Y CANELA dijo...

Una de las humillaciones más grandes de mi vida fue cuando me mandaron a confesarme con nueve años cuando iba a hacer la primera comunión.Recuerdo a un señor extraño para mi,con sotana y alzacuellos que me dió un miedo espantoso. Cuando me preguntó que pecados tenía me quedé muda, te juro que yo no tenía ni idea que era un pecado. Reconozco que la culpa de mi ignorancia es que en la clase de religión sólo le ponía asunto a lo que me interesaba y normalmente eran los relatos sobre la vida del tal Jesús. De resto no me enteraba de nada, es más nunca aprendí a rezar más allá del padre nuestro y el ave maria, era lo más facil de aprender y había que rezarlo todos los días. Varias veces fui amenzada por las monjas de ser encerrada en el cuarto de los ratones si no me aprendía el credo. Jamás lo aprendí.